La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el día 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante, fecha en la cual se recuerda la constante lucha por fomentar el respeto e igualdad hacia este sector de la sociedad. Durante esta semana hemos abordado a la migración mediante el contenido compartido en Estilo Jurista, sin embargo, es importante ir más allá del problema y no quedarnos solamente con datos y cifras, pues la situación que se vive actualmente respecto a la migración es alarmante.
En este sentido, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define a un migrante como cualquier persona que se desplaza o se ha desplazado a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia independientemente de: 1) su situación jurídica; 2) el carácter voluntario o involuntario del desplazamiento; 3) las causas del desplazamiento; o 4) la duración de su estancia.
Históricamente, el ser humano se ha trasladado de un lugar a otro para mejorar diversos aspectos de su persona, así como también para alejarse, e incluso, huir de situaciones que atentan contra su dignidad y vida.
Recientemente, se han presentado grandes olas migratorias que han dejado huella es nuestro país, pues el número incontable de personas que migra en busca de una mejor calidad de vida ha aumentado considerablemente. Diversos análisis realizados por la Secretaría de Gobernación de nuestro país, arrojan que durante el primer cuatrimestre del año, aproximadamente 400,000 personas se trasladaron desde su lugar de origen hasta México, para llegar a su destino en el país vecino, Estados Unidos. Estimaciones de esta misma entidad aseguraban que si la tendencia continuaba, el total de migrantes que habrían pasado por nuestro país sería de 1.2 millones de personas.
Tal y como se indica anteriormente, esta situación no debe dejarse en meras cuantificaciones, pues la adversidad a la que se enfrentan los migrantes genera grandes problemas tanto para ellos como para la sociedad que se encuentra asentada en el lugar por el cual se trasladan. Un claro ejemplo de ello es la condición sanitaria que se presentó durante los primeros meses del año en las ciudades fronterizas, las cuales registraron una cantidad alarmante de migrantes que a su paso dejaron diversas clases de desechos que provocaron incertidumbre en autoridades y, sobre todo, en la sociedad en general, pues se creó un descontrol en estos territorios. Aunado a lo anterior, se generó una saturación en los diferentes centros médicos, ya que debido a las condiciones antes mencionadas, muchos de los migrantes contrajeron enfermedades para las cuales fue necesaria la atención médica.
Desde el punto de vista jurídico, es importante resaltar que es necesario respetar los derechos a los cuales este sector social es acreedor, pues tal y como lo manejan las instituciones mundiales, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y seguridad, así como al acceso a la salud, educación, y a dedicarse a cualquier trabajo lícito, por citar algunos.
Así, en México se garantiza que los migrantes tengan derecho a la salud, educación, acceso a la justicia, a la no discriminación y, además, de que sean acreedores de protección consular, de solicitar refugio y de respetarles en todos los ámbitos de su vida.
Nuestra función como juristas es velar para que esos derechos sean respetados y que las personas que se encuentran es situaciones similares, tengan conocimiento de lo que por ley son merecedores.
Juristas, esperamos este artículo sea de su agrado y contribuya a la formación profesional de todos los abogados y estudiantes de derecho que siguen nuestra página. Agradecemos sus comentarios y sugerencias para crecer y mejorar dentro de la comunidad de Estilo Jurista.
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