En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado el 9 de agosto, el equipo de Estilo Jurista hace una mención especial a todas aquellas personas que transmiten el legado de su pueblo con orgullo y dignidad, dejando claro que todas estas etnias conforman las raíces de nuestro México, el cual, a lo largo del tiempo, se ha posicionado como una nación pluricultural que se sustenta en sus pueblos autóctonos, los cuales, con su diversidad de costumbres y tradiciones, caracterizan la identidad de nuestro país.
Basados en el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México existen alrededor de 72 lenguas indígenas que componen la lengua materna de un total de 7, 382, 785 personas, es decir, aproximadamente un 7% de la población nacional. De lo anterior podemos destacar que las lenguas Náhuatl, Maya y Tzeltal son las más habladas a lo largo de la República Mexicana.
Lamentablemente, en nuestra sociedad era común ver que algunas personas discriminaban a los integrantes de éstos grupos por el simple hecho de portar su vestimenta típica o hablar en su dialecto, incluso por algunos rasgos físicos se mostraba una intolerancia total, vulnerando así los derechos de estos individuos. Esta actitud ha imperado por años, generando una brecha de desigualdad que repercute en los pueblos, los cuales han visto pisoteada su cultura. En los últimos años se ha generado una migración interna de los pueblos indígenas hacia las grandes ciudades, esto con el fin de mejorar las condiciones de vida que se han visto afectadas por situaciones como la falta de fuentes de empleo, la desigualdad económica, la violencia desmedida y los pocos recursos destinados a estas comunidades.
Dentro de un marco jurídico, los derechos de los pueblos indígenas se encuentran establecidos en el artículo 2° de la Constitución Mexicana, el cual engloba todo aquello referente a estos pueblos, pues se habla acerca de su libre organización, la adopción y mantenimiento de sus costumbres, así como de la preservación de estas.
Expresamente, el numeral antes mencionado señala que los pueblos indígenas son la base y el sustento de la diversidad cultural existente en México, por lo que se deben buscar y aplicar los medios necesarios para que en el país se conserven y enriquezcan los elementos característicos pertenecientes a cada uno de estos, siempre atendiendo lo establecido en la misma Carta Magna y demás ordenamientos relativos.
Aunado a lo anterior, con el paso del tiempo se han creado mecanismos que garantizan el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas; sin embargo, la labor no está concluida, pues la pérdida de valores y la intolerancia que algunos ciudadanos presentan generan una barrera que dificulta el reconocimiento total a estas etnias.
La inclusión que instituciones y órganos gubernamentales han implementado, representan un cambio positivo en el porvenir de estos pueblos, ya que se les ha permitido participar activamente en el ejercicio de sus derechos y obligaciones, respetando aun así la cultura propia de cada pueblo. Un claro ejemplo de ello son las modificaciones efectuadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) a principios del siglo pasado, ya que se incluyó dentro de la educación básica a las escuelas de habla indígena, así como también se publicaron libros de texto y otros materiales educativos en estos dialectos, todo lo anterior con el fin de que los niños pertenecientes a cualquier grupo indígena pudiera acceder a la educación básica y aprender el idioma oficial mexicano a la par de reforzar sus raíces.
Desafortunadamente, aún existen limitantes para que los individuos pertenecientes a los pueblos indígenas sean aceptados en su totalidad, por lo que nos dirigimos a la comunidad jurídica para que en conjunto hagamos valer los derechos que todas estas etnias poseen y que de ésta manera se logre un entorno de igualdad para todos.
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