Generalmente, en las universidades la enseñanza del derecho suele enfocarse en cuestiones teóricas, haciendo muy poco espacio para que la práctica de la abogacía sea ejercida por los estudiantes. Esto genera que al concluir la carrera, muchos egresados se encuentren con las barreras que la misma abogacía impone para su práctica, dificultando de esta manera que los nuevos abogados se desenvuelvan plenamente en el ejercicio de su profesión.
Por lo anterior, en esta edición de Tips Estilo Jurista compartimos siete consejos que permitirán prepararnos ante nuestra intervención dentro de un tribunal y dominar cada vez más nuestra profesión.
1. Trata de que el tribunal nos escuche.
Hoy en día es común encontrarnos con una sobrecarga de trabajo en los juzgados, por lo que se deben buscar los medios idóneos para que nuestras actuaciones sean concisas y permitan ser analizadas sin el menor contratiempo, esto con el fin de aligerar la labor tanto a los juzgadores, como a nosotros mismos, siempre atendiendo las características que la abogacía impone para la elaboración de estos documentos.
2. Trata de que el tribunal nos entienda bien.
Aunado al punto anterior, en este se recomienda seguir una serie de requisitos importantes para transmitir eficientemente nuestro propósito. Dichos requisitos son los siguientes:
a) Ser breve, claro y conciso.
b) Describir con precisión el objeto del conflicto.
c) Cuidar la ortografía del documento.
d) Presentar ordenadamente los argumentos, distinguiendo entre las ideas principales y las secundarias.
e) Construir la argumentación partiendo de un modo simple para, posteriormente, reforzarlo con las siguientes ideas.
3. Analizar las cosas desde el punto de vista del juez y la contraparte.
Es necesario estudiar a fondo las pretensiones de la contraparte y los argumentos que sustenta, así mismo, todo abogado debe mirar las situaciones de manera objetiva, dejando de lado intereses, pasiones o cualquier circunstancia que pueda perjudicar el caso.
4. Concede aquello donde no existen respaldo de hechos y derecho.
Es inconveniente aferrarse a la defensa de situaciones que son insuficientes, pues esto terminaría por perjudicar el resto del caso. Lo conveniente es hacer un análisis riguroso de todos los elementos para así determinar aquellos que se deben desechar.
5. No reduzcas la argumentación a la cuestión formal.
Se debe evitar emplear argumentos puramente formales y, de igual manera, no abusar de esta clase de recursos para tratar de impresionar al juzgador, de lo contrario solo incitaremos algún malentendido.
6. Aplicación de la Constitución.
Todo abogado debe examinar si en su caso actual hay algo que justifique la aplicación de preceptos constitucionales y la eventual intervención de la Suprema Corte. Sin perder de vista la singularidad del caso, conviene verlo siempre dentro de un contexto amplio, pues esto permite enriquecer la argumentación con mayores criterios o pautas.
7. No usar la agresión verbal como arma de persuasión.
No es necesario probar que el abogado contrario no está capacitado o no cuenta con los conocimientos suficientes sobre el caso o procedimiento.
Un abogado que tiene buenos argumentos, o sabe aprovechar los existentes, puede permitirse ganar el respeto y la consideración tanto de la contraparte, como del mismo juzgado.
Juristas, esperamos este artículo sea de su agrado y contribuya a la formación profesional de todos los abogados y estudiantes de derecho que siguen nuestra página. Agradecemos sus comentarios y sugerencias para crecer y mejorar dentro de la comunidad de Estilo Jurista.
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