Tras la integración de la nueva modalidad en los procesos jurídicos, la expresión oral se ha abierto camino por la mayoría de las ramas del derecho. Es por esto que los abogados deben tener en cuenta dichos cambios para poder adaptarse a las nuevas exigencias que la oralidad impone en la abogacía.
En Estilo Jurista creemos firmemente que para lograr una mejora continua, es necesario que los profesionales del derecho se encuentren actualizados y a la par de las reformas y modificaciones que se realizan en el área jurídica. Por lo anterior es que en esta edición de Tips Estilo Jurista compartimos algunos consejos prácticos para conseguir una buena exposición oral.
En primer lugar, abordaremos el plano del lenguaje no verbal, pues, como comentamos en ediciones anteriores, aproximadamente el 70% de lo que expresamos no proviene de aquello que hablamos. La gestualidad nos permite generar una mayor solidez a nuestros argumentos, ya que cumple con una función complementaria. Para logras esto, debemos de emplear gestos que acompañen el discurso y faciliten la comprensión. Por ejemplo, indicar gestualmente una medida o distancia, señalar una dirección, describir un ritmo o estirar dos dedos de la mano en el momento en que se dice que se presentarán dos ideas clave. De igual manera, es recomendable manejar gestos abiertos y no interponer objetos entre el propio cuerpo y el público, ya que mantenernos visibles y seguros, genera una sensación de confianza en los demás. Finalmente, es indispensable evitar los tics gestuales propios del nerviosismo, tales como jugar con el bolígrafo o con el anillo, apartarse el pelo, colocarse bien las gafas, etc.
La mirada es una herramienta fundamental para crear puentes de comunicación con el auditorio, esto debido a que tiene más posibilidades de captar y mantener la atención, hacer llegar el mensaje y para adaptar el discurso al auditorio. Atendiendo lo anterior es que se aconseja mirar hacia distintas zonas y evitar concentrar la mirada en un área de la sala u observar siempre a los mismos interlocutores. Igualmente, debemos evitar mirar al vacío, al suelo o al techo, si no es con un propósito determinado.
El papel de la voz es clave para conectar con el auditorio, hacerle llegar un mensaje con claridad, mantener su atención e incluso transmitirle emociones. Para llegar a este fin, es necesario evitar una entonación monótona y poco variada; un ejemplo de esto sería alternar frases enunciativas con frases exclamativas e interrogativas, o subrayar con la voz las palabras clave del discurso. El buen orador debe tener en cuenta el poder expresivo de su voz y procurar transmitir entusiasmo por la temática que expone, es así que emplear el ritmo idóneo es necesario para facilitar el seguimiento del discurso. Un ritmo demasiado lento provoca sensación de monotonía y un ritmo demasiado rápido denota nerviosismo.
Tal y como lo mostramos en la edición anterior de Tips Estilo Jurista, el vestuario debe corresponderse con la personalidad del orador, y también con el propósito, el registro y el contexto de la exposición. Llevar un vestuario que ayude a proyectar la presencia del abogado, teniendo en cuenta el efecto que pueda producir en el auditorio, será de gran ayuda para concentrar la atención y lograr una mayor aprobación por parte del juzgador.
Por otro lado, enfocándonos en el lenguaje verbal, el orden y la estructura de nuestros argumentos es pieza clave para que el juzgador y el auditorio en general, puedan seguir, entender y recordar nuestra intervención. Para esto, se recomienda seguir un itinerario expositivo para evitar un discurso denso o desordenado. El orden puede seguir diferentes criterios:
Importancia (¿cuál es la información más importante?, ¿cuáles son las ideas secundarias?)
Lógica (¿qué datos o conceptos debe conocer en primer lugar el juzgador?)
Cronología (¿qué es lo que pasó en primer lugar?)
Por otra parte, es importante no olvidar emplear conectores discursivos. Por ejemplo:
Para empezar intervenciones: Hablaré en primer lugar de… / De entrada…
Para introducir incisos o ejemplos: Por ejemplo… / Como en el caso de… / Recordemos, en este sentido, que…
Para estructurar el discurso: En primer lugar… / En segundo lugar… / Por un lado… Por otro lado… / Finalmente…
Para retomar un tema: “Volviendo a lo que hemos visto al principio… / Decía que… / Señalaba que…
Para establecer relaciones lógicas: Por consiguiente… / Esto demuestra que… / Deducimos por tanto que…
Para concluir: “Tratemos, finalmente, el último aspecto… / En resumen… / Resumiendo… / Para terminar… / En conclusión…
En esta etapa del proceso debemos tener en cuenta que los argumentos, para que sean sólidos, no necesariamente tienen que ser complejos, sino que al abordar alguno de estos debemos procurar emplear la fórmula general de los mismos, es decir, premisa mayor, premisa menor y conclusión. Con esto, concatenamos la información que ya se ha dado mientras la ligamos a información nueva o a fundamentos legales para dar fluidez al argumento.
Como todo profesional, el abogado emplea un léxico propio de su profesión. Para conseguir un uso adecuado de éste, debemos utilizar los términos técnicos con propiedad, así como evitar las palabras multiuso que se utilizan cuando el orador no encuentra la palabra adecuada. Por ejemplo, cosa, tema, eso, la cuestión de, problemática, etc.
Un argumento es claro y conciso cuando los destinatarios pueden entender sin dificultades las palabras y las construcciones que se utilizan, y además, no sobran elementos. Por otra parte, un argumento sobrecargado de información puede ser pesado y difícil de asimilar.
Es válido repetir palabras o frases para enfatizar una idea, así como utilizar marcadores de importancia que destaquen términos o ideas del discurso para que los receptores se den cuenta de su relevancia. Pero también es correcto adecuarse a los tiempos destinados para cada intervención, ya que de lo contrario se alargará el proceso, o bien, limitarán nuestras intervenciones dejándolas inconclusas.
Juristas, esperamos este artículo sea de su agrado y contribuya a la formación profesional de todos los abogados y estudiantes de derecho que siguen nuestra página. Agradecemos sus comentarios y sugerencias para crecer y mejorar dentro de la comunidad de Estilo Jurista.
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